Un vino de calidad comienza con unas uvas también de calidad.
Este precepto ha hecho que en los últimos años se esté viendo una revolución en el mundo del vino, donde los ojos de los enólogos más importantes se han girado para mirar hacia las viñas, donde se obtiene esa materia prima tan necesaria para poder elaborar grandes y sabrosos vinos.
Este precepto ha hecho que en los últimos años se esté viendo una revolución en el mundo del vino, donde los ojos de los enólogos más importantes se han girado para mirar hacia las viñas, donde se obtiene esa materia prima tan necesaria para poder elaborar grandes y sabrosos vinos.
Hasta hace pocos años, lo importante eran los trabajos que se realizaban dentro de la bodega: crianzas en barrica, maceraciones, fermentaciones controladas, etc. Sin embargo, en estos momentos, la viticultura ha adquirido una mayor relevancia. Se seleccionan las mejores variedades para cada tipo de clima y de suelo, se controla la producción de las viñas para obtener más calidad que cantidad, se llevan a cabo podas en verde, aclareos y control del riego, se realiza una minuciosa selección de racimos en la propia viña y sobre todo, se optimiza el momento ideal de la vendimia para que la uva llegue así perfectamente madura.
Todo este trabajo se lleva a cabo para que los vinos puedan desarrollar todo su potencial de sabores y aromas, expresando al máximo su terruño de origen. Las bodegas que se están volcando con este trabajo en la viña son las que están abanderando la calidad con sus vinos en todo el mundo y especialmente en España, donde más recientemente se está dando esta recuperación de la importancia de la viticultura, no sólo en denominaciones de origen emergentes como el Bierzo o Jumilla sino incluso en las ya asentadas como la Rioja.
Comentarios
Sin comentarios en este momento!
Deje su comentario